Yoga para el amor propio: posturas que nutren la relación contigo mismo

yoga amor propio

El amor propio es la base de una vida equilibrada, compasiva y auténtica. Cultivar esta relación contigo mismo implica aprender a aceptarte, escucharte, cuidarte, respetarte y sostenerte en cada etapa de tu camino. El yoga, con su enfoque integral de cuerpo, mente y espíritu, se convierte en una práctica poderosa para nutrir esa conexión interior.

A través de cada postura, respiración y momento de presencia, el yoga te invita a volver a ti: a reconocerte sin juicios, a habitar tu cuerpo con gratitud y a construir una relación amable y compasiva contigo mismo.

¿Por qué el yoga fortalece el amor propio?

  • Promueve la autoescucha. Te invita a observar lo que sientes y necesitas, sin exigencias.

  • Fomenta la aceptación. A través del movimiento consciente, aprendes a honrar tu cuerpo tal como es hoy.

  • Disuelve el juicio. El yoga no es competencia, es presencia. No necesitas "hacerlo perfecto", solo estar ahí.

  • Activa el sistema nervioso parasimpático. Esto reduce el estrés, mejora la autoestima y favorece una mente más compasiva.

  • Conecta contigo desde el corazón. El yoga te recuerda que eres valioso simplemente por ser.

Posturas para cultivar amor propio

Las siguientes son algunas asanas que puedes incorporar en tu práctica para reconectar contigo y cultivar amor desde dentro:

1. Balasana (Postura del niño): Esta postura de descanso te invita a entregarte con humildad, soltar el peso emocional y reconectar con tu esencia interior.

Cómo hacerla: Arrodíllate y siéntate sobre los talones. Inclina el torso hacia adelante hasta apoyar la frente en el suelo. Extiende los brazos hacia adelante o déjalos al costado del cuerpo. Respira profundo y permanece aquí por 1 a 3 minutos.

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2. Bhujangasana (Postura de la cobra): Esta postura abre el pecho y fortalece la columna, activando el centro del corazón y recordándote tu poder interno.

Cómo hacerla: Acuéstate boca abajo. Coloca las palmas debajo de los hombros. Inhala y eleva suavemente el pecho, manteniendo los codos flexionados. Evita tensionar la espalda. Mira hacia adelante o ligeramente hacia arriba y respira profundamente.

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3. Supta Baddha Konasana (Postura del ángulo reclinado): Es una postura restaurativa que abre el corazón, suaviza el cuerpo y genera una sensación de contención y cuidado.

Cómo hacerla: Recuéstate sobre una superficie cómoda. Junta las plantas de los pies y deja que las rodillas caigan hacia los lados. Puedes usar cojines bajo las rodillas y la espalda para mayor apoyo. Cierra los ojos y respira suavemente por 5 a 10 minutos.

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4. Anahatasana (Postura del corazón derretido): Esta asana te permite liberar emociones atrapadas en el pecho y hombros, así como entregarte al amor y la vulnerabilidad.

Cómo hacerla: Colócate en posición de cuatro apoyos. Camina con las manos hacia adelante y lleva el pecho al suelo, manteniendo las caderas sobre las rodillas. Apoya la frente o el mentón en el suelo y respira profundo.

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5. Virabhadrasana II (Guerrero II): Esta postura fortalece la confianza, el equilibrio y la presencia. Te conecta con tu fuerza interior y determinación.

Cómo hacerla: Abre las piernas en un amplio paso. Gira el pie delantero hacia afuera y el trasero ligeramente hacia adentro. Flexiona la pierna delantera y extiende los brazos en línea con los hombros. Mira hacia la mano delantera. Siente la energía que emana de ti.

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El amor propio se encuentra en actos cotidianos de presencia y cuidado. Cada vez que te colocas sobre el mat para respirar contigo, moverte con amabilidad y escucharte sin juicio, estás cultivando una relación más amorosa contigo mismo.

Recuerda: tu cuerpo es tu hogar, tu mente es tu jardín y tu corazón es tu templo. El yoga puede ser la llave que te devuelve a ellos, con aceptación, respeto y gratitud.

Respira. Ámate. Vuelve a ti. El amor propio es un viaje, y el yoga es un hermoso compañero en el camino.

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